El Instituto Universitario de Acuicultura Sostenible y Ecosistemas Marinos (IU-ECOAQUA) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria ha participado recientemente en “La Planète Revisitée” en Córcega, un programa de exploración mundial liderado por el Museo Nacional de Historia Natural de París (Francia), que tiene por objetivo inventariar la biota marina y terrestre en diferentes zonas del planeta reconocidas por ser puntos calientes de la biodiversidad.
La campaña se desarrolló durante la mayor parte del mes de octubre en la Reserva Natural de “Bouches de Bunifaziu”, en el sur de Córcega, y en ella participaron un total de 45 científicos de diferentes países, entre los que se contó por segundo año consecutivo con Francisco Otero Ferrer en representación del IU-ECOAQUA, investigador experto en tareas de recolección de especímenes mediante el uso de sistemas de buceo en circuito cerrado.
"La Planète Revisitée" estará vigente hasta el 2022, y cuenta con el apoyo de la Colectividad Territorial de Córcega y la Agencia Francesa por la Biodiversidad, tiene por objeto hacer un inventario de las especies marinas más desconocidas, siendo sus principales grupos objetivo los moluscos, crustáceos, picnogónidos, ascidias y algas, que representan el 95% de la biodiversidad y desempeñan un papel fundamental en el equilibrio y desarrollo de los ecosistemas.
El objetivo general de este proyecto realizado este año en La Reserva Natural de “Bouches de Bunifaziu” es actualizar las colecciones de especies mediterráneas utilizando imágenes digitales y muestras de tejido para la secuenciación de su ADN. La reserva alberga una gran diversidad de ecosistemas mediterráneos emblemáticos, como son los bosques de algas pardas, fondos de coralígeno ornamentados con gorgonias, praderas de Posidonia, lagunas costeras, cuevas, etc.
La prospección se concentró en el rango de profundidad de 0 a 30 metros con incursiones de entre 30 y 50 metros de profundidad, y para ello se emplearon buceadores especializados, equipados con sistemas de buceo en circuito cerrado o rebreathers. En cuanto a las metodologías empleadas, se desplegaron diferentes métodos de exploración y toma de muestras mediante cestas de cepillos o aspiradoras submarinas. Paralelamente se muestreó también a pie la zona del intermareal, así como se llevaron a cabo pequeños arrastres o dragados hasta profundidades más allá de los 300 metros.
El proyecto ha contado también con el apoyo logístico local de la Oficina del Medio Ambiente de Córcega, gestor de la reserva y socio científico de esta operación.
Fotos de © José Utge