La fiscal Teseida García y el periodista Andrés Barriales aseguran que la integración de los migrantes en nuestras sociedades es un acicate para garantizar cuestiones básicas como el crecimiento de la población o la dinamización económica
La inmigración que llega a las Islas, lejos de ser un problema, es una oportunidad. Esta es la principal conclusión de las dos primeras charlas de la V Conferencia Internacional de la Paz que, con la organización del Club Rotario de Maspalomas, se celebra en el sur de Gran Canaria. Una oportunidad que trasciende lo humanitario y que puede tener un papel decisivo en la resolución de problemas como el envejecimiento demográfico. El fenómeno migratorio, coincidieron, debe afrontarse en este sentido: es una oportunidad que puede mejorarnos como sociedad, consolidarnos como potencia económica y enriquecernos desde el punto de vista cultural. Un análisis coincidente elaborado desde dos puntos de vista muy diferentes. El de la jurista Teseida García como fiscal delegada de Extranjería de la Fiscalía Provincial de Las Palmas, y el del prestigioso periodista Andrés Barriales, ex jefe nacional de Programas de la Cadena COPE, poniendo como referencia los ideales humanistas del Rotarismo.
En este sentido, Barriales destacó el papel de Canarias, en general, y Maspalomas, en particular, como “ciudad rotaria de la Paz”, la única de España y la cuarta de Europa, y señaló que si se aplican valores rotarios como “el respeto a la dignidad de las personas, el rechazo a la violencia en todas sus formas, la apuesta por la resolución pacífica de los conflictos, la reconciliación de las diferencias, la apuesta por la armonía o el respeto por la libertad de expresión y la diversidad cultural , la inmigración dejará de ser percibida como una dificultad para ser reconocida como esa oportunidad”.
Teseida García quiso, en relación a este asunto, romper una lanza a favor de los esfuerzos que se han realizado en Canarias para lograr esta integración y habló de la inclusión de los migrantes menores. En este sentido, argumentó que la reforma del Reglamento de Extranjería para facilitarles la residencia es un avance ya que antes muchos cumplían los dieciocho y quedaban en la irregularidad a expensas de poder ser expulsados”. Ahora, explica “tienen mayores oportunidades de conseguir trabajo”. Y ahí reside esa idea de la oportunidad: “Es verdad que se gastan recursos, pero tú los estás formando para que sean miembros productivos de la sociedad”.
Los jóvenes canarios y la inmigración
Explicar con fidelidad un contexto complicado y muy diferente al nuestro. Esa fue la piedra angular de la intervención de Teseida García, que reunió en su exposición a un centenar de estudiantes. Según la fiscal, es importante que las jóvenes y los jóvenes isleños que tienen la misma edad que estos menores no acompañados sepan de dónde vienen, cómo vienen, que bagaje cultural tienen y, sobre todo, “las experiencias que les han empujado a hacer un viaje tan peligroso”. Ahí está la clave para que el desconocimiento derive en curiosidad y, finalmente, en comprensión y empatía. “Hay que explicarles el porqué de las migraciones; porqué estos niños se embarcan en esta aventura”. Es crucial, destacó, que “los menores canarios comprendan que estos jóvenes que se vean obligados a abandonar su país están en una situación que en nada se parece a la que viven aquí en Canarias”. Eso es vital, añadió, para “comprender los problemas a los que estos menores se enfrentan durante todo el proceso”.
La fiscal comentó que una de las mayores trabas para que se produzca este entendimiento mutuo es el desconocimiento. “nuestros niños y niñas no tienen ni idea de cómo viven estos menores en sus países de origen. No se lo pueden ni imaginar porque desconocen totalmente como es la realidad africana”, sentenció. Para García, cuestiones como la pervivencia de instituciones tribales, las creencias animistas o el papel de la familia y el honor como ejes de la estructura social de los pueblos subsaharianos se escapan a la comprensión de los jóvenes de Canarias. Y esas estructuras, expone “son claves para entender el comportamiento de esos menores cuando están aquí entre nosotros. Los chicos que viven aquí no tienen ni idea de cómo se vive en una aldea africana”, aclara la también doctora en Derecho por ICADE y especialista en extranjería, inmigración, trata de seres humanos y cooperación jurídica internacional.
Y lo mismo sucede al contrario. Teseida García señaló que ese desconocimiento es mutuo. Y que esas diferencias también tienen su reflejo a la hora de encontrar acomodo en nuestra sociedad. “La realidad es que tienen una idea de lo que es esto por lo que les han contado” y en esa visión el concepto de honor tiene un papel fundamental. “Quién vive en Alemania o en Francia y va de vuelta a su país llega con regalos aunque se endeude. Nunca va a contar las penurias por las que ha pasado”. Esta realidad, ilustró la jurista, causa una visión distorsionada del viaje y del propio destino que “genera ansias por salir”.
García explicó que los llamados MENAS son, muy a menudo, “víctimas de muchos delitos que se producen durante y después del viaje”. Los problemas, añade, continúan una vez llegan a Canarias. “Hay que determinar qué edad tienen y después se enfrentan a numerosos obstáculos para conseguir los papeles de residencia”. Por ello hay que hablar de este tipo de migración como un verdadero desafío que tiene su reflejo en las dos orillas. Primero dar respuesta a las necesidades de esos menores y, segundo, crear un “clima de acogida positivo que los ayude a resolver esos problemas que arrastran desde sus lugares de origen”.
De la ficción, la facción y la fricción a la fusión
Andrés Barriales centró parte de su discurso en la actual cultura de la confrontación como uno de los orígenes del discurso anti inmigratorio y acusó a la élite política de lanzarse el fenómeno “unos a otros” como arma discursiva. Aquí el periodista fue contundente: “Decir que todo lo que nos llega es delincuencia es mentira; es gente que viene a trabajar y en muchos casos se trata de mano de obra cualificada”. Así, el periodista denunció la existencia de tres áreas que presentan dificultades para el entendimiento y una cuarta que podría aportar las soluciones. Como aspectos negativos presentó a “las ficciones” que presentan una realidad distorsionada en base a “cantos de sirena de un bando y otro”; a las “facciones que agitan la incomprensión y el enfrentamiento” y a las “fricciones donde todo chirría y las ruedas cuadradas no nos dejan avanzar”. Pero siguiendo el juego fonético, el veterano comunicador habló de “las fusiones” como posible solución a todo este ruido. “Los contenidos se nutren unos de otros y se deja que el otro surja claro y libre para llegar a ese conjunto que debemos formar entre todos”.
Barriales quiso subrayar “el valor de la puesta en común” para lograr este entendimiento. “Todo el compromiso de nuestra vida comunitaria y social implica fusionar todos los esfuerzos en la obra hacia el otro; hacia nuestros semejantes”, dijo. Una visión humanista que dista “de ese ambiente de facciones que reina en el país en la actualidad” y que invita a reforzar esa idea de que “la inmigración no es ninguna amenaza sino esa gran oportunidad de la que ya hemos hablado”. Para eso hay que avanzar, continuó, “hacia la integración teniendo en cuenta el principio de igualdad y no discriminación lo que implica la igualdad de derechos y obligaciones”. Esto, según el periodista, debe desembocar en el reconocimiento pleno de los derechos de ciudadanía porque “no somos distintos. Somos iguales”.