La investigación señala que los ecosistemas marinos del Archipiélago juegan un papel esencial en la calidad de vida de los canarios proporcionando los servicios necesarios para sostener su economía por lo que su protección se revela como absolutamente vital.
Los ecosistemas o hábitats someros sustentan en promedio un 12% más de bienes y servicios que los ecosistemas profundos. Esto resalta el gran potencial aún por descubrir en las profundidades de las aguas canarias.
Un nuevo estudio, liderado por el grupo de investigación de Biodiversidad y Conservación (BIOCON) del Instituto Universitario de Investigación en Acuicultura Sostenible y Ecosistemas Marinos (ECOAQUA) adscrito a la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), destaca cómo el bienestar social y económico de las islas depende directamente de la salud de sus entornos marinos.
El estudio, firmado por el estudiante de doctorado de la ULPGC Víctor Cordero-Penín, como autor principal, señala que los ecosistemas marinos que rodean el Archipiélago canario, a menudo invisibles en el día a día, juegan un papel esencial en la calidad de vida de sus habitantes siendo el soporte vital en el que se desarrollan las actividades cotidianas de la sociedad canaria y manteniendo la estabilidad de las economías locales de toda la comunidad autónoma.
La investigación, que ha sido publicada recientemente en Ecosystem Services, asociado con Ecosystem Services Partnership (España) y que cuenta también con la participación del director de ECOAQUA, Ricardo Haroun, y de los investigadores de la institución académica, Andrej Abramic, Alejandro García-Mendoza y Francisco Otero-Ferrer, se centra en el concepto de servicios ecosistémicos que, según Cordero-Penín, “son una metáfora”.
Se trata, dice el investigador, de “una herramienta narrativa que nos ayuda a entender de qué manera el funcionamiento natural de los ecosistemas sustenta nuestras actividades socioeconómicas que nos proporcionan bienes y servicios para nuestra calidad de vida. Así, los servicios ecosistémicos pueden promover que la toma de decisiones se formule en términos de sostenibilidad ecológica”.
Según este estudio, los hábitats marinos más cercanos a la costa (hábitats someros), más accesibles y visibles, como las praderas de sebadales, bosques de algas o fondos de rodolitos, ofrecen una mayor variedad de servicios ecosistémicos (SE) -en promedio un total de 25, es decir, una abundancia de SE del 35%-, proporcionando tanto recursos naturales tangibles como alimentos y materias primas, así como desempeñando funciones vitales para la estabilidad ambiental de la sociedad al regular el clima, purificar el agua y proteger las costas canarias de la erosión.
Además, para Cordero-Penín, “estos entornos son una fuente de recreación, inspiración y conexión cultural, especialmente importantes en un lugar como Canarias, donde el turismo y el disfrute del entorno natural son pilares fundamentales de la economía”.
Peso por islas
Este estudio analiza el área relativa por isla de los ecosistemas marinos que sustentan la provisión de la mayoría de estos servicios ecosistémicos.
En este sentido, el 72% de los ecosistemas o hábitats marinos someros de El Hierro presentan un potencial de sostener al menos 26 sistemas ecosistémicos distintos. Le siguen Lanzarote (con un 45%), La Palma (con un 31%), Gran Canaria (con un 24%), Tenerife (con un 19%) y Fuerteventura (con un 16%). Estas cifras dependen fundamentalmente de la información utilizada, cartografías ecológicas de más de 20 años de antigüedad en algunos casos.
En este tiempo, tal y como han señalado otros estudios realizados por el grupo BIOCON de la ULPGC, se han perdido el 50% de los sebadales del archipiélago y hasta el 99% de los bosques submarinos de algas en algunas islas como en Gran Canaria. Este nuevo estudio destaca que estos hábitats tienen un gran potencial para sostener la provisión de bienes y servicios, siendo “un soporte vital que, si se cuida adecuadamente, puede mantener nuestra calidad de vida y economías por generaciones”.
En palabras de Cordero-Penín, esta investigación también destaca una “verdad incómoda”: “los ecosistemas más profundos -que presentan una provisión significativamente menor que los hábitats más someros suministrando en promedio 17 servicios ecosistémicos-, pese a ser menos valorados en términos culturales y económicos, juegan un papel crucial”. Estos ecosistemas albergan una gran biodiversidad y proporcionan servicios críticos como el reciclaje de nutrientes y la regulación del clima a gran escala. “Si bien su valor socioeconómico puede no ser tan evidente en la vida cotidiana, poseen un valor ecológico esencial para el equilibrio global de los océanos y su degradación podría tener consecuencias catastróficas a largo plazo para nuestra sociedad”, afirma el investigador.
Para ello, en palabras del investigador Víctor Cordero-Penín, “es necesario conservar los ecosistemas marinos frente a las presiones crecientes del turismo, vertidos urbanos y de salmueras y del cambio climático. Si seguimos ignorando la conexión entre la salud del mar y nuestro bienestar, nos enfrentaremos tarde o temprano a una crisis ambiental y económica sin precedentes”.
En definitiva, destaca Víctor Cordero-Penín, este estudio marca “un hito importante” para comprender el vínculo crucial entre la naturaleza marina y nuestras vidas. “Como habitantes de las islas, nuestra supervivencia está ligada al mar. Cuidar el océano es cuidarnos a nosotros mismos”, concluye.